A dos columnas
Opinión divergente.../
En las vísperas de las elecciones en los Estados Unidos, cuando al presidente se le inflan las pelotas en público hablando de los logros de su gobierno, no se hace más que expresar la diferencia entre los políticos y nosotros como dicen.
Polos opuestos
El reciente desacuerdo; magnánimo por cierto con todo lo que eso implica, entre las fuerzas gobernantes de todo el mundo; en correspondencia con los colmillos afilados de la prensa detras de ellos, no hace otra cosa que hacer ver la oculta diferenciacíon entre los humanos y las letras, o la historia y la actualidad
Una parte trata a la otra con saña pero con cautela: mientras los hombres hacen normas y las normas forman hombres, la actualidad hace historia y el pasado hace actualidad.
Al extrapolar esto a un contexto útil, vemos que todo entra en una hurna electoral, en la que se mezlan una jauría de deseos futuros con traumas pasados y anhelos del presente.
La diferencia entre realidad y ficción no reside pues en el lugar en el que se meten los que creen en las ideas del ser humano; que consisten en luchar por la pluralidad, el conocimiento, y la identificación con eses sueños; sino en avanzar en la idea de esta, de manera que, y a esos niveles, la realización de los sueños es posible.
Negro sobre blanco
Si la ciencia médica trata el estigma como trauma social entre enfermedad y entorno o como por ejemplo enfermo y familia, en el entorno político no es menos importante.
El estigma es un factor fuera de control en multitud de actitudes y/o conductas, lo que convierte su tratamiento en básico.
Los desordenes de opinión en torno al trauma social y las aplicaciones profilacticas, placebo o adormideras esta obsoletos para actuar sobre los sujetos base, provocando en los puntos de vista del entorno desordenes conductuales y de aptitud cuando en realidad son meramente contexto.